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Realización

Ajaan Fuang Jotiko

Enseñanza grabada en cassette ofrecida a una de sus estudiantes que había llegado a un estancamiento en su meditación. Compilado y traducido por el Venerable Thanissaro Bhikkhu.


Una vez que la mente está firmemente establecida en la respiración, tratas entonces de separar la mente de su objeto — de la propia respiración. Enfócate en esto: la respiración es un elemento, es parte del elemento viento. La conciencia de la respiración es otra cosa. Así que tienes dos cosas que se han reunido. Ahora bien, cuando puedes separarlas — al darte cuenta que la verdadera naturaleza de la respiración es un elemento — la mente puede quedarse allí por sí misma. Al fin y al cabo, la respiración no eres tú, y tú no eres la respiración. Cuando puedes separar cosas de esta manera, la mente gana poder. Se ha soltado de la respiración, y se ha percatado de cada aspecto de la respiración. Cuando sati [atención consciente] está llena, se da cuenta de todos los aspectos de la respiración y puede separarse a sí misma de ellos.

Entonces, si sucede que tu mente es fuerte y tu sati es penetrante mientras haces esto, es allí cuando el insight [conocimiento directo] ocurre. El conocimiento surgirá en ese momento, haciéndote saber que realmente soltaste. Si tu sati es todavía débil, sin embargo, no serás capaz de soltar. Es solo cuando tu sati es verdaderamente resiliente que tendrás sati y el insight surgiendo al mismo tiempo.

Esto es algo que debes seguir contemplando siempre que tengas la oportunidad. Cuando tú puedas separar la mente de sus objetos, se liberará de todo lo que la agobia. Así que enfoca tu atención directamente hacia abajo, hacia el área del corazón. Manténla enfocada allí, y luego observa la respiración y observa qué es lo que es consciente de la respiración. Sé tan observadora como puedas, y al final vas a ver que se separan una de otra. Cuando se hayan separado, tendrás la oportunidad de investigar todavía más profundamente. Y una vez que investigaste este elemento, vas a encontrar que lo que aprendiste se aplica a todo lo demás.

Cuando investigas la respiración, vas a ver que no es un ser, no es una persona — entonces ¿qué es lo que hay allí para agarrarse? No te puedes agarrar a eso como a tu yo, porque eso va simplemente a su aire. Cuando miras la respiración verás que no tiene un cuerpo — ni cabeza, ni piernas, ni manos, ni pies, nada de nada. Cuando ves esto, lo dejas ir, de acuerdo a como esto es realmente.

Los textos dicen, 'Cago patinissaggo mutti anālayo': te mueves por fuera de la respiración. Te quitas las preocupaciones por ella. Ya no haces de ella tu casa — porque no es tuya. La dejas ir en acuerdo con su naturaleza original. La restituyes. Lo que sea que obtuvo, lo devuelves a la naturaleza. Todos los elementos — tierra, agua, viento, fuego, y espacio — los restituyes a la naturaleza. Los dejas volver a lo que eran originalmente. Cuando examinas cada una de estas cinco cosas, verás que no son un ser, no son una persona, no son 'nosotros', ni 'ellos'. Dejas que todos vuelvan a su naturaleza original en todo sentido.

Esto luego nos trae a la mente, a aquello que es consciente de esos cinco elementos. ¿Qué es aquello con lo que se quedará ahora? Dirige tus poderes de observación hacia este elemento conocedor que ahora está allí por sí mismo, sin nada que quede. Examínalo para ver qué es eso, y es allí cuando otro nivel de insight surge.

Si quieres lograr el insight que dejará ir todas las cosas según su naturaleza original, tendrá que haber una realización especial que surja en el acto de dejar ir. Cuando esta realización no se da, tu dejar ir es simplemente ordinario, una calificación cotidiana o percepción. Es discernimiento mundano. Pero cuando esta realización especial surge en el acto de dejar ir — al instante de soltar, el resultado te llega directamente a ti, verificando, ratificando lo que sucedió por lo que realmente es: tú sabes. Tú has soltado. Experimentas entonces la pureza dentro tuyo.

A esto se le llama discernimiento trascendente. Cuando la realización surge adentro tuyo, verificando lo que has visto y lo que has hecho, eso es llamado discernimiento trascendente.

Mientras esta realización no ha surgido, tu discernimiento es todavía mundano. Así que sigues trabajando sobre tu investigación con estas cosas hasta que todas las condiciones estén maduras. Luego, cuando están maduras, no hay nada más que tengas que hacer, ya que el discernimiento trascendente penetra completamente las cosas en el mismo instante en que surgen. No es para nada como el discernimiento mundano.

El camino que seguimos, entonces, es el de ser observador, de investigar las cosas. Continúa haciendo una investigación focalizada hasta que llegues al punto estratégico. Cuando la mente llega a ese punto, se suelta por sí misma. Lo que sucede es que alcanza un punto de plenitud — el Dhamma dentro de ella está lleno — y se suelta. Una vez que se deja ir, los resultados aparecerán inmediatamente.

Entonces, sigue practicando. No hay nada que temer. Vas a tener que cosechar resultados, no hay ninguna duda sobre ello. Cosechas resultados a lo largo de todo el camino. Como ahora, mientras estás sentada aquí en meditación. Sabes que la respiración y la mente están cómodas una con la otra. Eso es un resultado de la práctica. Incluso si no has llegado al final del camino, todavía sigues logrando un sentido de confort y alivio en tu meditación. La mente está en paz con la inspiración y la espiración. Mientras que la mente y la respiración no se puedan separar entre sí, tienen que ayudarse mutuamente todo el tiempo. La mente ayuda a la respiración, y la respiración ayuda a la mente hasta que se pueden conocer completamente. Una vez que la mente está completamente familiarizada, puede dejar ir. Cuando sabe, suelta. Mientras que no sabe realmente, no va a soltar realmente.

Lo que esto quiere decir es que te tienes que asociar con la respiración, pasar tiempo con ella, y gradualmente llegar a conocerla. Al familiarizarse la mente cada vez más, será capaz de desprenderse de sus apegos al cuerpo, sentimientos, percepciones, construcciones mentales, y conciencia. Sus opiniones sobre la identidad — ver estas cosas como un yo — se van a derrumbar. Este es el camino a la libertad. En el momento en que este discernimiento trascendente surge, tú serás libre. Serás capaz de desenmarañarte a ti misma de todas las verdades convencionales del mundo que dicen, 'persona', 'yo', 'hombre', 'mujer', 'nosotros', 'ellos', y así sucesivamente.

Pero mientras no puedas soltar aún, tienes que depender de estas cosas. Son tus lugares de descanso, pero no tu refugio. Ustedes simplemente se apoyan entre sí, y se acompañan ayudándose mutuamente, de forma que puedas progresar a lo largo de tu camino. No puedes abandonar estas cosas, porque son el camino de tu práctica. En tanto que te atengas a la práctica, no vas a volver para atrás. Pero apenas dejes tu práctica, vas a empezar a recaer inmediatamente. Serás víctima de dudas, preguntándote si el Dhamma es o no es verdadero.

Tienes que mantenerte en la observación de la mente: conciencia en sí misma. No es el caso que la mente no sea consciente, tú lo sabes. Su naturaleza básica es conciencia. Sólo míralo. Es consciente de todo — es consciente, pero aún no puede dejar ir sus percepciones, ni los convencionalismos que considera como los verdaderos. Así que tienes que enfocar tu investigación en ello. Enfócate en eso hasta que la mente y sus objetos se separen entre sí. Simplemente manténte en ello. Si eres así de insistente, sin parar, tus dudas se irán disipando, desvaneciendo, gradualmente, y al final lograrás tu verdadero refugio dentro tuyo, la conciencia básica llamada buddha que ve claramente a través de todo. Esto es el Buddha, Dhamma, y Sangha apareciendo adentro tuyo como tu máximo refugio.

Es aquí cuando sabrás qué está realmente adentro, qué está realmente afuera, qué es realmente un lugar de reposo, y qué es realmente tu refugio. Tú serás capaz de distinguir estas cosas.

Las cosas externas son simplemente lugares de reposo. Como el cuerpo: es un lugar de reposo. Durante el breve momento en que los elementos de tierra, agua, viento, y fuego se mantienen juntos en equilibrio, tú puedes descansar con el cuerpo. Pero en cuanto a tu verdadero refugio, ya lo has visto. Es esta conciencia básica en sí misma, dentro de la mente. Tu conciencia de la respiración es un refugio en un nivel. Cuando se separa de la respiración, es un refugio en otro nivel. Y en cuanto a tu verdadero refugio — buddha — es la conciencia que subyace más adentro. Una vez que te das cuenta de esto, eso es todo lo que hay. Es soberano en y por sí mismo. Conoce clara y verdaderamente, en todas partes. Ese es el verdadero refugio dentro tuyo.

En cuanto a las cosas exteriores, son sólo apoyos provisorios, cosas de las que puedes depender por un ratito, como una muleta. Mientras está la respiración para mantenerlas vivas, haces uso de ellas. Cuando ya no hay respiración, eso es el final del problema. Los elementos físicos se separan y ya no dependen entre sí, por lo que la mente vuelve a su propio verdadero refugio. ¿Y dónde está eso? ¿Dónde es que está precisamente esa conciencia buddha? Cuando hemos entrenado la mente a ser su propio refugio, no habrá quebranto en ese momento en el corazón que medita.

La propia búsqueda del Buddha fue la de este refugio. El les enseñó a todos sus discípulos a tomar refugio en sí mismos, porque sólo podemos depender de otros por un pequeño momento. Las otras personas solamente nos muestran el camino. Pero si quieres lo que es realmente verdadero y bueno en la vida, tienes que depender de ti misma — enséñate a ti misma, entrénate a ti misma, depende de ti misma en todo sentido. Tus sufrimientos vienen finalmente de ti. Tu felicidad viene finalmente de ti. Es como comer: si no comes, ¿cómo te vas a sentir llena? Si dejas el comer en manos de otras personas, no hay forma de que vayas a estar llena. Si quieres estar llena, tú misma tienes que comer. Es lo mismo con la práctica.

No puedes dejarte agarrar por cosas externas a ti. Las cosas externas son inconstantes. Impermanentes. No confiables. Cambian con cada inspiración y espiración. Esto es válido no sólo para ti, sino para todos. Si no te separas de ellas mientras aún estás viva, te separas cuando mueres. Te separas de cosas con cada inspiración y espiración. No puedes basar el sentido de tu vida en estas cosas — y no tienes porqué. Puedes simplemente decirte a ti misma que esta es la forma en que las cosas son en todo el mundo. El mundo no ofrece nada que perdure. No queremos que las cosas sean de esa manera, pero esa es la manera en que son. No están bajo el control de nadie. Esto es verdad no solo con las cosas fuera, sino también con las cosas dentro tuyo. Quieres que tu cuerpo siga vivo, no quieres que muera, pero va a morir. No quieres que cambie, pero cambia, constantemente.

Esta es la razón por la que tienes que poner tu mente en forma para que pueda tomar refugio en sí misma, basada en los principios de la habilidad que el Buddha enseñó. Y no tienes porqué sentir dudas sobre tu práctica, porque todas estas cualidades que necesitas desarrollar en la práctica ya están presentes dentro tuyo. Todas las formas del bien y del mal están presentes dentro tuyo. Tú ya sabes cual es el camino que es bueno, cuál es el mal camino, así que todo lo que tienes que hacer es entrenar tu corazón para que se agarre del buen camino. Deténte y echa un vistazo a ti misma ya mismo: ¿estás en el camino correcto? Lo que sea que es erróneo, no te agarres de ello. Suelta eso. Pasado, futuro, lo que sea, suéltalo, dejando solo el presente. Mantén la mente abierta y tranquila en el presente todo el tiempo, y luego comienza a investigar.

Tú ya sabes que las cosas externas no son tú ni tuyas, pero dentro tuyo hay muchos niveles que tienes que examinar. Muchos niveles que tienes que examinar. Ni siquiera la mente es realmente tuya. Hay todavía cosas inconstantes y estresantes dentro de ella. A veces quiere hacer esto, otras veces quiere hacer aquello, no es realmente tuya. Así que no te ates demasiado a ella.

Las construcciones mentales son el gran problema. A veces fabrican buenos pensamientos, otras veces pensamientos nocivos, a pesar de que tú sabes hacerlo mejor. No quieres pensar esas cosas, y sin embargo siguen apareciendo en la mente, a pesar de tus intenciones. Por lo tanto tienes que mirarlos como no siendo tuyos. Examínalos. No hay nada confiable con respecto a ellos. No duran. Son eventos impersonales, así que déjalos ir según su propia naturaleza.

¿Y qué hay allí que sea duradero, sólido, confiable, y verdadero? Sigue mirando eso. Enfoca tu sati en la respiración, y hazte preguntas allí mismo. Al final vas a llegar a ver qué es qué dentro tuyo. Cuando sea que tengas dudas o problemas en la práctica, focalízate en la respiración e interroga la mente allí mismo, y la comprensión surgirá, para desprenderte de tus opiniones erróneas y ayudarte a superar tu estancamiento.

Pero incluso esta comprensión es inconstante, estresante, y no-yo. Sabbe dhamma anatta: todo lo que surge, dijo Buddha, es inconstante y no-yo. Ni siquiera las comprensiones que surgen en la mente son constantes. A veces surgen, a veces no. Por lo tanto no te apegues demasiado a ellas. Cuando surjan, toma nota, y luego deja que sigan su propio curso. Permite que tus opiniones sean Correcta Visión: es decir, justo correctas, sin exagerar. Si exageras a su respecto, aferrándote muy fuerte a ellas, se volverán en contra tuyo, porque habrás perdido de vista lo que estás haciendo.

A lo que todo esto se reduce es que cuanta mayor sati haya en tu práctica, mejor. A medida que tu sati se vuelve más y más madura, más y más completa, se convierte en algo trascendente. El discernimiento trascendente que mencionamos más arriba surge del poder de tu sati cuando esta se vuelve más y más completa.

Así que sigue entrenando tu sati hasta que sea la Gran Sati. Trata de mantenerla constante, persistente, y enfocada, hasta que veas todas las cosas tal como son. Así es como avanzarás en las enseñanzas del Buddha.



Fuente: Bhikkhu, Thanissaro. “Realization.” Awareness Itself. dhammatalks.org. Extraído de https://www.dhammatalks.org/Archive/Writings/Ebooks/AwarenessItself_181215.pdf. Capítulo « Realization », pág. 60. Consultado Mayo 2021.

Traducido por Margarita Huber. Ultima revisión Julio 2024. Todo error u omisión es de mi total responsabilidad.

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